lunes, 10 de diciembre de 2007

Universidad. Educación y Sociedad del Conocimiento

Universidad, Educación y Sociedad del Conocimiento.-



"En la época del video, el móvil, de Internet, de la comunicación inmediata, nuestros hijos no necesitan menos cultura general, sino más”
Nicolás Sarkozy: Presidente de Francia en su carta “ A los Educadores”, septiembre de 2007






Mucho se ha escrito acerca de las nuevas funcionalidades de la Educación, pero poco se ha abordado en torno a la brecha de las generaciones incluídas en las transformaciones socioculturales del nuevo siglo y los peligros de la Sociedad del Conocimiento.
En este entendido, ya resulta un lugar común sostener que vivimos un proceso muy profundo de transformación acelerada, desprovista de equidad. En cuya centralidad, el nudo crítico esta dada en la adquisición del conocimiento y su conformación en la nueva estructura social. En efecto, el conocimiento y la información se han convertido en la plataforma de los procesos productivos y el tiempo necesario para que un conocimiento científico se traduzca en aplicaciones tecnológicas significativamente más acelerado que el pasado, y convergente en un verdadero shock de transformaciones culturales del grupo social.
El viejo escenario optimista, con el cual se analizaba la revolución de la tecnologías y el conocimiento ha desaparecido, dando paso a un proceso , del cual sacamos el aprendizaje que las potencialidades democráticas del uso intensivo de conocimientos pueden no resultar tales. Sino más bien , las tendencias a la desigualdades y los escenarios de incremento en la disgregación, y exclusión en las sociedades contemporáneas nos hacen temer acerca de estas nuevas sociedades, que intensifican el uso y distribución del conocimiento como palanca del desarrollo económico, y que pueden tornarse altamente peligrosas para sociedades duales como las latinoamericanas, que en palabras de La UNESCO, sólo pueden romper este determinismo deshumanizante de las tecnologías, en el evento de desarrollar armónicamente la Educación y el Conocimiento, constituyendo la variable clave, sobre la cual es posible, apoyar una estrategia de transformación productiva con equidad( CEPAL-UNESCO, 1996).
Aparentemente, el espejismo de las tesis clásicas de la escuela liberal con Thurow y Toffler, quienes realizaron aproximaciones en torno al análisis del papel del conocimiento y de la información como variables centrales del poder y su impacto democratizador en las sociedades capitalistas, no estarían dando los efectos esperados. Por el contrario, ya son una mera ilusión, la creencia del carácter democrático que tienen, tanto la producción, como la distribución del conocimiento y la idea superada de Toffler que “ el débil y el pobre pueden adquirirlos”, refiriéndose a los conocimientos y las NTICS, están otorgando una contracara, bastante infáustica. ( Tedesco, 2004).
En análisis recientes, se tiende a demonizar las nuevas tecnologías, asociándolas a la Globalización y la interconectividad de los mercados y la ideología del Neoliberalismo ( Touraine, 2007), pero sin duda que las transformaciones de las nuevas teorías de la competitividad y del desarrollo nos aventuran en medio de un problema mayor, donde los enfoques tecnocráticos, ignoran los procesos socioculturales y su complejidad. Así, si el conocimiento y la infocomunicación son los factores más importantes de la nueva estructura social que se está conformando, no existe ninguna razón por la cual su distribución se democratice de manera natural, por el sólo proceso de tipo tecnológico. En este sentido, parece importante sostener la hipótesis según la cual, la evolución de las tecnologías responde a los requerimientos de las relaciones sociales, y viceversa, pues estas últimas son dinámicas de aceleración en la producción cultural. Pero el rol activo en estos procesos está en las relaciones sociales, en los seres humanos y no en sus productos. Así, para tomar un ejemplo, no fue la imprenta la que determinó la democratización de la lectura sino la necesidad social de democratizar la cultura lo que explica la invención de la imprenta.
Desde este punto particular de entender la interacción entre tecnologías y relaciones de la sociedad, es importante reconocer que cuándo más se disponga de teléfonos celulares, televisores, multimedia interactivos, redes, conectividad., más se plantea la pregunta de saber que harán las sociedades con estas técnicas y no, como se escucha a menudo, de saber qué sociedad será creada por estas técnicas? Debe reconocerse que el problema embrionario es socializar las técnicas y no tecnificar la sociedad. ( Wolton, 1997).
Estos cambios y su marco de referencia, previamente discutidos, hacen prioritario un plan de articulación de la Educación y del Conocimiento con la formación del ciudadano, que debe ser revisada. Algunos teóricos han demostrado, que la diferencia entre las sociedades tradicionales y las sociedades modernas radica en el papel de la reflexión. En este contexto, la reflexión con la modernidad es introducida en la misma base del sistema de reproducción, de tal manera que pensamiento y acción son constantemente refractados el uno sobre el otro. Ocasionando en la vida social, que las prácticas sociales sean examinadas constantemente y reformadas a la luz de nueva información sobre esas mismas prácticas, alterando su carácter constitutivo. Ampliándose la naturaleza reflexiva, desbocada y autónoma, cada vez más ininteligible, “ inquietante”, aspectos de la tecnologización productiva que la razón no logra descifrar esta alarmante incertidumbre. Este aumento de la reflexividad social, incrementa los riesgos y las inseguridades en la vida social, por tanto el mayor conocimiento de la vida social no implican mayor control sobre ella sino, por el contrario, mayores niveles de incertidumbre. ( Giddens, 1997).
Al parecer, esta sociedad del riesgo como la define Beck, nos conlleva a colocar frenos institucionales, generados por la confianza y las redes de los individuos, que son capaces de establecer nudos de fiabilidad y control de los sistemas Así, en un mundo en cambio permanente e incontrolable no hay otro punto de apoyo que el esfuerzo del individuo para transformar sus experiencias vividas en construcción de sí mismo como actor. La apelación al sujeto, como actor social es la única respuesta a la disociación y brecha que se escinde en la sociedad contemporánea, donde la economía y la cultura, y también la única fuente posible de movimientos sociales requieren de protectores insticionales, particulatrmente la escuela , que aparece como lugar clave para el desarrollo de estrategias políticas al servicio de la construcción de sujetos. ( Touraine, 1998).
Otro tipo de protección institucional, que puede impactar la excesiva reflexividad potenciada por las NTICS, se ha ido perfilando en las Universidades; las cuales se perfilan tanto como instituciones responsables de producir y de distribuir conocimientos , que deben articularse necesariamente con la Empresa y la Escuela, para socializar a los sujetos que hacía mención Touraine, persiguiendo puntos de conexión con el acceso a las nuevas tecnologías y el conocimiento, que supone encarar los desafíos que plantean las nuevas tecnologías de la información a las instituciones y a los métodos de enseñanza. Así como, la transferencia de nuevos aprendizajes o reingeniería de la pedagogía, en función de potenciar maestros incorporados a estos conocimientos, a fin de transponer a los ciudadanos mayor autonomía en sus aprendizajes ( Tedesco, 2002). Es muy significativo el campo disciplinar y transformador de las Universidades en la Educación de estos nuevos saberes, que implica cambios importantes en la estructura de los diseños tradicionales de tipo curricular, e incluso fortaleciendo la formación inicial docente, desde las Universidades con un claro enfoque metadisciplinar, conduciendo la formación de los nuevos educadores del siglo XXI al manejo de al menos una o dos lenguas extranjeras de uso comercial, al dominio de los códigos infocomunicacionales y el desarrollo de habilidades orientadas al “ Saber Hacer”, por sobre el “ Aprender a Conocer”, alcanzado una inclusividad sustantiva en los procesos de globalización “ Aprendiendo a vivir juntos, respetando nuestras identidades multiculturales”.
Estos nuevos saberes, no le piden permiso a la escuela para estar en la sociedad y cada vez se ve con mayor claridad que ellos no necesitan la legitimación de la escuela ni del sistema escolar, pues al contrario, funcionan por otros lados diseminados , descentralizados, lo que se traduce en nuevos planteamientos en la relación educación – cultura y comunicación.
Estos escenarios, hacen indispensable una mirada cuidadosa de La educación en la Escuela, que adquiere, junto a las Universidades y las Empresas un rol clave para exigirnos una imaginación textual que rompa con esta visión separada y compartimentada de la acumulación instrumental de saberes, evitando la reflexividad que Giddens detectaba en estas sociedades, particularmente esquizofrénicas como las Latinoamericanas. Siendo quizás, uno de los grandes acertijos a dilucidar, como será el problema del futuro en la formación docente, que al parecer inevitablemente deben buscar la solución en las Universidades, y el nuevo concepto docente de facilitador en la sociedad del conocimiento, adecuándose más que su connatural rol socializador, trasladándolo a una educación en valores, capacidades y competencias para enfrentar el cambio y ser parte activa de los mismos, articulando junto a las reformas del Estado una nueva alfabetización en las NTICS, responsabilizándose éste, de la neutralización en la reflexividad, que conlleva – según hemos analizado - naturalmente, el ahondamiento en segmentación social del mercado, evidentes brechas de exclusión y marginalidad, y que sólo la educación de las nuevas tecnologías podrá revertir, o de lo contrario, sería una simple herramienta de reproducción de la desigualdad (Garretón,2003)
De ahí la importancia de las nuevas alianzas entre Universidades-Sistema Educativo y Mercado. Ello significará desbordar, los enfoques escolarizantes de la educación para pasar a un acercamiento dinámico, porque estamos en un nuevo tipo de sociedad, que aprende y enseña, toda ella, continuamente. Así al menos lo plantean especialistas, quienes advierten una brecha entre los dicentes y las NTICS, especialmente detectan las falencias desde la formación inicial docente, que cede una labor preponderante a las Universidades, quienes deberán asumir una especial tarea al incorporar las NTICS en las mallas determinando que los alumnos de pedagogía, ienen que dar el paso hacia la reflexión sobre los usos educacionales de estos nuevos saberes, que según encuesta SITES 2006, evidencia la poca preparación de los docentes dificultando la llegada de las tecnologías a los colegios, encadenando brechas culturales y tecnológicas, que generan mayores resistencias al interior del aula, que se proyectan - a posteriori – en el futuro laboral en la cesantía juvenil y sus bajos niveles de empleabilidad y emprendimiento. ( El Mercurio, Cuerpo A ; 2007)
Referencias Bibliográficas.
CEPAL-Unesco , ( 1996) Educación y Conocimiento, pilares de la transformación productiva con Equidad, Santiago, Chile.
Giddens, Anthony, ( 1997), Consecuencias de La Modernidad, Madrid, Alianza Editorial.
Toffler, Alvin. ( 1990) El Cambio del Poder, Barcelona, Plaza y Janes.
Touraine, alain. (1997), ¿Podremos Vivir Juntos?, Buenos Aires, FCE.
Wolton Dominique, (1997) Pensar la Comunicación. Buenos Aires, Gedisa.
Tedesco, Juan Carlos( 2004), Educar en la Sociedad del Conocimiento, Edit. FCE, Buenos Aires.
Carretón, M.A. (2003), El Espacio Cultural latinoamericano, FCE, Santiago Chile, Convenio Andrés Bello.
El Mercurio, Cuerpo A, p.29, día Domingo 21 de Octubre de 2007.-

No hay comentarios: